domingo, 31 de mayo de 2009

Un mundo de colores

Querida peke del alma:


Este fin de semana, mamá y papá han estado en Granada.

Invitados por grandes y buenos amigos, la asociación Afam ha celebrado una jornada sobre África, concretamente sobre Etiopía, a la que tuvimos el placer de asistir.


Estábamos allí sentados, y escuchábamos a esos padres que hacen el mismo camino que nosotros buscando a su bebé de chocolate, a sus hijos, nacidos en ese gran y desconocido continente.


Las emociones que reflejaban, las experiencias que compartían y todo lo que allí se decía, nos envolvía a todos.


Y estando allí sentada, rodeada de esos preciosos niños y niñas de Etiopía, viendo corretear por el salón a las preciosas hijas chinas de nuestros amigos, me di cuenta, que nosotros vemos los colores del mundo con otra perspectiva.


Todos nosotros nos dimos cuenta de que en realidad, el único objetivo que nos pone en marcha cuando iniciamos este camino, es el ver cumplido el sueño de ser padres. Y el cumplir a la vez, el sueño de que ningún niño del mundo crezca sin familia, sin la protección, el cariño y la estabilidad que todo niño se merece para ser feliz.


Nosotros elegimos China por la transparencia y el corto tiempo de espera (las vueltas que da la vida...), los padres que van a Africa escogen dicho lugar por alguna circunstancia evidentemente, pero allí, todos juntos, observándonos unos a otros, con nuestra pequeña ONU particular riendo y jugando, en realidad nos sentíamos iguales.

Yo sería la madre más orgullosa del universo con cualquiera de aquellos chiquillos de piel chocolate y a su vez, los padres de esos chiquillos, lo serían de cualquier niña china, o rusa, o de dondequiera que feura, porque como te he dicho antes, es el sueño de ser padres el único que nos mueve a recorrer el mundo entero en busca de ese hijo que tanto deseamos.


Y me quedé soñando con un mundo de colores, un mundo en el que la distinción de raza no sea motivo de diferencias.


Nosotros no las vemos. Tan sólo vemos sonrisas, enormes y amplias sonrisas, con sus dientes mellados, con sus carcajadas sonoras y contagiosas.


Vemos ojillos, que todo lo miran, brillantes y deseosos de explorar, de descubrir, de buscar, de encontrar, de aprender, de vivir...


Vemos manitas que se agarran fuerte a nosotros. Que aprietan, que se sienten confiadas al caminar a nuestro lado. Manitas que nos tocan, que nos abrazan, que aprenden y aplauden, que dibujan, que comen, que trazan un corazón en un cristal...


Vemos piernas que crecen, que se estiran hacia el cielo, buscando tocarlo, porque tienen todo un mundo por recorrer y pisar fuerte...


Vemos esos labios que nos cuentan secretos, chistes malos, parloteos que a veces cuesta entender, que comen con "ansia viva" como dirían mi amigo Valentín, el papá de la chinavitoriana más bonita del mundo, que nos babean, que cantan como pueden, que gritan, que berrean, pero sobre todo, que nos regalan los besos más bonitos del mundo...esos que pagan todas nuestras esperas, nuestros desvelos y nuestros miedos en tan sólo un segundo...


Viendo correr a esos pequeños, juntos, felices, compartiendo un mismo espacio y una misma vida, me di cuenta que es realmente sencillo vivir en paz. Lo que pasa es que los adultos tenemos la maravillosa virtud de convertir lo fácil en difícil...


Pero nuestros hijos forjarán una nueva sociedad. Ellos pondrán esa semilla de colores. Nosotros la regaremos, y a pesar de que tendrán que soportar vientos y tempestades, pulgones y parásitos, yo se que crecerán inmensamente fuertes, como el junco, flexibles y resistentes, que aunque a veces parezca que se va a partir por su fragilidad, siempre vuelve a erguirse, altivo y orgulloso, buscando ese sol que brilla en el cielo...


Este fin de semana, además de agradecer como siempre a nuestros amigos que nos hayamos cruzado con ellos en nuestras vidas (¡gracias peke!), agradezco la oportunidad que me ha dado la vida, de poder abrir mi mente, y mi corazón, de tener la inmensa suerte y el privilegio, de ver el mundo de colores, con los colores más bonitos, los de las miradas de los niños y niñas que en cualquier rincón del mundo, nos están esperando para construir un futuro mucho mejor, entre todos.


Te quiero peke, mi niña bonita del color de la arena dorada...


Con todo mi amor, mamá...

9 comentarios:

Carmen dijo...

somos muchas las personas que estamos en este camino ( me incluyo ya aunque sin saber se llegare a mi peque)pero haria falta muchas mas para que el mundo llege a ser mas tolerante, esperemos que poco a poco cada vez mas gente no distinga por colores sino por personas.
Mil besos de chocolate guapa.

Anónimo dijo...

Tengo la piel de gallina, y me siento identificada con cada una de tus palabras. Yo también agradezco a la adopción la posibilidad que me brinda de saber que querré a mi hijo (mejor dicho, lo quiero ya), sin importarme si es blanco, negro, azul o amarillo... Cuando lo tenga en mis brazos será mi hijo, y aunque sus rasgo físicos nada tengan que ver con los míos, nos unirá el corazón.
En cuanto a lo que piensen los demás, nunca me ha importado, y sólo intentaré hacerlo fuerte día a día para que aprenda a ser justo, tolerante, y a no dejarse hacer daño por quién lo discrimine por el color de su piel. No será fácil, pero ¿quién ha dicho que la maternidad/paternidad lo fuera...?
Bueno guapa, cuando puedas me lo cuentas todo todo, que estoy deseando saber más cositas del continente de mi niño.
Besos, Mª José.

Afam dijo...

Shari de mi corazon, gracias por tan hermosas palabras...gracias por querer acompañarnos en un dia tan especial para AFAM, gracias por tanto sentiemiento...en definitiva gracias por ser TU!!
sencillamente maravillosa.
Loreto

mar dijo...

Querida Shari: nadie describe los sentimientos como tú; con cada una de tus palabras nos haces ver una escena real y nos haces creer en la gente.
Yo creo que a la mayor parte de los padres adoptantes les da exactamente igual de donde sea su hijo; nos dejamos guiar por otras circunstancias (lo que dices: transparencia en el proceso, tiempos de espera o simplemente que alguna persona que conoces te cuenta un poquito de su historia).
Ahora nuestra mente está en China, pero pudo haber estado en cualquier otro lugar del mundo, y su país de origen sería especial y querido para nosotros fuese el que fuese.
Un besazo y gracias por estar ahí
Mar

Ester dijo...

Hola cariñet...yo también tengo los pelos de punta...ojala todo el mundo viese lo que nosotros vemos...pero sabes que te digo, que nosotros somos unos afortunados, vemos la vida de colores en este mundo nuestro...sin distinciones de ningún tipo.

Yo aun no he comenzado...pero me he dado cuenta ya que no me importa donde nazca mi hijo, me da igual el color de su piel...me da igual sus ojos, solo lo quiero a el o ella...sin importame nada más..desribes esos sentimientos tan bien....

Un besote enormeeeee y como mucho cariño desde Valencia.

Ester.
http://enunbosquedelachina.spaces.live.com/

Angeles y Javier dijo...

Shari: Entradas como ésta son las que me han hecho pensar en tí a la hora de repartir el premio pedagogía y afecto. Pásate por mi blog a recogerlo, y muchas gracias por estar ahí.

Un beso desde Jerez

lolithania dijo...

Shari, corazón, que te voy a decir, si tengo dos colores en casa a cual más bonito. Y sí, estamos hechos de otra pasta, y sobre todo porque a nosotros nos maravillan de donde son y de donde vienen pero siempre habrá quien intente hacerle daño a través de su color o sus rasgos,pero también te digo, que son tan orgullos e inteligentes y están tan felices de saber quién son, que lo superan todo.

besos sabor a fresa, como la boquita de Mei Yu y a chocolate, como la piel de Thania.

loli

Lola dijo...

Siempre me emocionas Shari.
Yo estoy loquita de amor por mi chinita, y por el pais que la vio nacer. Ahora sueño con una piel morena que vendrá de Vietnam, que está haciendo que mi corazón cresca aun más. Pero es que veo un bombón de chocolate, y se me van los ojos detrás.
Para mí el amor también es de colores, aunque cuando miro a mi niña, no la veo ni china ni española, ni na. Sólo veo a la personita más maravillosa, que llena todo mi corazón, y me da exactamente igual lo que piensen los demás.

Muchos besos,

Lola

laura dijo...

Gracias Chari, por entradas que nos llegan al alma. El amor no tiene color, ni raza porque llega del corazón y allí todo vale. Como yo le digo a mis niños, el corazón es como el chicle dulce y estira para que quepan todos los paises, continentes y colores.
besos guapa.
laura