domingo, 6 de mayo de 2007

Mamá


Querida peque del alma:

A veces sigo siendo una niña. A veces creo que no he crecido. Cierro los ojos y recuerdo perfectamente momentos de mi infancia, sin importancia, sólo recuerdos. Ahora que acabamos de comenzar el mes de Mayo, tan maravilloso en Córdoba, tan festivo, tan alegre, recuerdo aquellos días de feria, de vacaciones sin cole, en los que mi madre, tu abuela, dejaba mi traje de flamenca colgado en una percha para que se "soltaran" los volantes, y yo me dormía la noche anterior mirando ese vestido. Luego, por la mañana, el sol se colaba por las rendijas de la persiana y me "vestía" de lunaritos de sol desde muy temprano. Mamá llegaba, y me despertaba siempre, como siempre, con un beso. Y yo me levantaba la más feliz del mundo.

Y de esos pequeños recuerdos son de los que se nutre el alma al final de tu vida. No de los regalos, ni las posesiones, ni de lo que hayas conseguido. De lo que de verdad se alimenta es de los recuerdos del amor. Y yo he tenido la suerte, la inmensa suerte de tener unos padres maravillosos, los mejores del mundo, uno de los mejores regalos de mi vida, cariño.

Y tu abuela, mi madre, me ha enseñado a ser como soy. De ella he aprendido que vale la pena dar los buenos días aunque nadie te conteste, que es igual de fácil sonreir que tener la cara seria, y además estás más guapa, que las penas hay que echarlas a la espalda para no verlas y llevar las alegrías por delante para que siempre estén presentes. Que los días grises existen, ¡cómo lo sabes mamá! pero que detrás estás siempre escondido el sol, y sólo tienes que buscarlo.

Ha sido mi guía, mi consuelo, mi apoyo, y la persona que más desea tu llegada además de nosotros. Tenemos mucha suerte princesa, por eso cada día doy gracias, y aunque me desespere por los plazos, los tiempos y las noticias que cada día me separan un poquito más de tí, la balanza de mi vida está compensada con otras cosas maravillosas y no tengo ningún derecho a quejarme, porque se que al final del camino estás tú, y por tí merece la pena esperar lo que haga falta, pero con alegría.

Hoy, día de las madres, yo siendo que es un poquito mi día. Y aún me separa uno más por lo menos de tí. Tendrá que llegar Mayo de 2008 sin abrazarnos, pero luego llegará un día en que me abraces cada mañana y compensará estos días de la madre sin tí, amor.

Yo hoy, desde aquí, le digo a mi madre, a tu abuela, que no me oye porque está en la playa, que soy feliz porque así me han educado, y que de ella aprendí a ser hija y con ella estoy aprendiendo a ser madre, y sólo aspiro a ser la mitad de buena contigo en esta "profesión" de lo que ella ha sido conmigo, porque no se puede ser mejor. Y mira que he desoído sus consejos, que no he querido escuchar sus ideas, que me he creido madura e independiente para tomar mis decisiones, y que me he equivocado...y no he querido darle la razón aunque la llevaba. Pero eso forma parte del ciclo madre-hija, y ya me tocará a mí. Pero ella siempre ha tenido una sonrisa, y así quiero yo que sea.

Ser madre es algo tan grande que se escapa de las cuatro letras que tantas veces decimos en nuestra vida "mamá". Y como tu abuela me dice, todo se compensa, todo vale la pena. Y un día, no muy lejano, cuando vuelva cansada, y me encuentre con tu carita de luna, las penas se esfumarán, y aunque me pongas el baño perdido porque quieres jugar a los piratas en la bañera, aunque me llenes de papillas porque no te gusta, aunque esta casa ahora demasiado impoluta un día esté llena de huellas de deditos en los cristales, de juguetes desordenados y de restos de merienda en el sofá, yo seré más feliz que nunca. Y encima estoy deseando que todo eso ocurra.

Mientras aquí sigo. Y me despido con la dedicatoria que llevaron mis peques a sus madres en su regalito para hoy, un portavelas, del que colgaba una estrella que decía:

"Querdia mamá:

Eres la estrella de mis noches,
eres mi sol de cada día,
eres la luna de mis sueños,
pero sobre todo eres... ¡¡LA LUZ DE MI VIDA!!"

Mamá, esa eres tú. Te quiero, como sólo los hijos pueden querer a su madre. Se que no vas a cambiar jamás, por eso, me quedo tranquila. Tienes mucho que darle a tu nieta. Y yo mucho que agradecerte cada día.

Con todo mi cariño, "la mamá en proyecto"...