martes, 28 de agosto de 2007

Luna lunera

Querid@ peke:

Ahora mismo que está amaneciendo, aún puedo ver por la ventana, esa luna redonda, como tu cara, escondida entre las estrellas, desvaneciéndose poquito a poco, como un suspiro, para dejar paso a un nuevo día.

Como cada luna llena, esta noche, encenderemos una vela. Por tí, por nosotros, por todos los padres adoptivos. Por todos los que esperamos, por los que esperáis. Mucha gente piensa que lo de la vela, o las leyendas son tonterías, que no sirven para nada. Y no voy a ser yo quién decida si es así o nó. Lo que si se, es, que en esta larga espera, de alguna manera, necesitamos canalizar la esperanza como sea. Necesitamos ocupar los días, necesitamos soñar que las cosas pueden cambiar para mejor.

Y mientras, cualquier cosa que sea una "tirita" para el corazón o un bálsamo para el alma, a mi me parecen maravillosos. Ahí está la vela roja. Cuando cada luna llena la encendemos, en su llama arde todo cuanto soñamos. En su chisporroteo vuelan nuestras esperanzas hacia China, en su calor estás tú, tesoro, en su luz, nuestra esperanza. Y se me encoge el corazón cuando pienso en cuantas otras casas arde esa misma llama, buscando consuelo y respuestas que no tenemos. Pero también se me llena de alegría cuando se que hay un montón de corazones unidos en la distancia, que no en el tiempo, haciendo lo mismo que hacemos nosotros, soñando los mismos sueños, reavivando la misma esperanza.

La luna siempre me ha parecido mágica. Algo tendré de lunática, seguro. Ya desde pequeña, en las noches de verano, me encantaba sentarme en una silla del patio y mirar a las estrellas, y a la luna. Supongo que vivía pensando que allí se escondían los duendes y las princesas de mis sueños, y aunque después descubrí que lo único mágico que tiene es que se haya podido llegar a pisarla, sigo embrujada por su influencia.

Cuando estés aquí, la miraremos juntas. Me encanta ver el caminito de plata que la luna escribe sobre el agua del mar cuando está en calma. Ese brillo ondulado que las olas acompañan. Si en algún lugar reside la belleza, ahí empieza el camino que lleva hacia ella. Y yo quiero que lo veamos juntas peke, porque mientras, lo que hago a diario, es pedirle a esa luna que cada noche tiene el privilegio de verte en tu cuna, que te cuide y te proteja, que te acune y que te duerma, que te susurre dulces sueños, que ilumine tus desvelos y que te cubra de besos.

Porque luna sólo hay una. Y la compartimos en el cielo. ¿Cómo no voy a encender yo una vela por todo eso? Pues claro que la encendemos. Ya sabes que a estas alturas debería estar encendiéndola contigo... pero no es así. Muchas lunas llenas y muchas velas aún arderán antes de podamos abrazarte, pero como te he dicho, con cada llama, con cada vela, mis miedos se van, mi esperanza se queda.

Luna lunera... cuida de mi peke como si yo allí estuviera....