viernes, 21 de diciembre de 2007

Querida peke del alma...

Se acerca otra vez la Navidad, bueno, en realidad, no es que esté cerca, es que está aquí al ladito.

La ciudad ya hace días que lo anuncia con sus luces tenues, serenas, elegantes. Las calles se han vestido de fiesta, y en cualquier rincón se respira la celebración, te cruzas con gente que sonrie, que vienen de comidas, de brindar, de reir, de sentir...

Se que también son días de balance, de pensar, de reflexionar... días de compras consumistas y de felicitaciones "porque toca". Pero a pesar de todo, me gusta la Navidad. A veces es necesario que exista "un día de..." para que nos acordemos de ese algo. Quizás si no existiese la Navidad y el Año Nuevo, no nos acordásemos de aquel amigo que hace años que se fue, o de la llamada de teléfono para resolver lo que quedó a medias...

No se, son divagaciones mías... Lo que si se, es que, en estas Navidades ya debias estar aquí. Tendremos que brindar una vez más por tu ausencia, tan presente a la vez en nuestro corazón. Y me da que o cambia la cosa, o antes de abrazarte habrá otra prósima Navidad sin tenerte a nuestro lado.

Pero no quiero ponerme melancólica, aunque son días propicios para esto, porque también son los días en que más recordamos a los que ya no están con nosotros. Recordar es precioso, y es tiempo para ello.

Pero yo hoy, a escasas horas de reunir a la familia (mañana tenemos primera comida...), con el horno a tope y el trapo del polvo en la mano para la visita... quiero decirte peke del alma, que un día no muy lejano, porque cada vez está más cerca, verás brillar todas estas luces de las que te hablo, te agobiaré dentro de las tiendas coprando regalos, te llevaré forrada como un esquimal por la calle, trataré que te alejes del horno que estará a tope otra vez, verás pasar la cabalgata de Reyes bajo nuestro balcón, sentirás el viento helado en la cara, me ayudarás a poner el Belén (o por lo menos a hacer una nueva distritución, seguro...), a colocar el árbol si papi traga con ellos (es de la liga de los Reyes Magos...), te hartarás de escuchar villancicos, verás lo que el abuelo hace con una botella de anís y una cuchara, esucharás quejarse a tu tía Mª Luisa de que el abuelo desfina y que nadie le hace caso, verás los coloretes que tiene la abuela y sin beber ni gota de alcohol (la felicidad de tenernos a todos le hace los mismos efectos...), la tía Pepi volverá a preguntar que tipo de ensalada hace este año, la abuela nos pedirá opinión para la comida de Reyes para lugo hacer lo que le de la gana... a mi me oirás quejarme de los kilos que voy a ganar con tanta comida... en fin, con esto, lo único que quiero decirte, es que para mí, estas rutinas navideñas, estas escenas familiares que se repiten año tras año, son las que dan encanto a la Navidad, a nuestra Navidad, porque cada familia tiene la suya, y esas escenas, peke mía, es la que queda grabada a fuego en tu corazón durante toda tu vida, la que produce la nostalgia del alma y la sonrisa en el corazón, porque esta es mi Navidad, y la tuya cariño mío, dentro de poco.

Y mientras llega ese día, pediré una vez más a los Reyes cuando pasen bajo nuestro balcón, que suceda un milagro y en la próxima navidad, estés a nuestro lado.

Te queremos cariño y allí donde estés, en el firmamento de las estrellas...

¡¡ FELIZ NAVIDAD PARA TÍ, Y TAMBIÉN PARA TODOS, QUE LA NAVIDAD ESTÉ SIEMPRE DENTRO DE VUESTRO, DE NUESTRO CORAZÓN !!

Papá y mamá

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