Querida peke del alma:
El próximo 30 de Enero celebraremos el día de la Paz. Pienso que algo tan necesario e importante, no debería tener, como dice la canción "fecha en el calendario", sino que todos los días, deberíamos celebrar la alegría de vivir en Paz.
Desgraciadamente, no es así en muchos rincones del mundo.
La pregunta sin respuesta, es ¿porqué los hombres nos empeñamos en hacernos daño unos a otros?. No lo sé, y no encuentro explicación racional.
Cuando me despertaba de pequeña, lo primero que encontraba cada mañana, era la sonrisa de mi madre, y un beso en mi cara. La alegría de una familia, de una seguridad, de una estabilidad, de un mundo a mi medida que mis padres construían para nosotras. Para que no nos faltase de nada, para que nada enturbiara nuestros sueños.
Y creo que cualquier padre, en cualquier rincón del mundo, independientemente de su color, raza o religión, desea lo mismo para sus hijos. Da igual si viven en la selva, en el desierto o en lo alto de una montaña, creo que todos los padres buscan la protección y seguridad para sus hijos. Buscan un mundo mejor.
Por eso no entiendo las guerras, las discrepancias, los odios estúpidos fundados en estúpidas razones, porque no existe razón alguna para justificar un acto de violencia, una acción que cause dolor, tristeza y miedo.
Y menos aún, que sufran los niños. Sois los seres más indefensos del mundo, ninguno pedís venir al mundo, y es obligación nuestra, OBLIGACIÓN, entregaros un mundo con esperanza, protegeros, cuidaros y evitaros cualquier mal.
Nosotros así lo vemos. Así lo creemos. Sería tan fácil vivir en paz... Dicen los expertos, los políticos, los líderes, que hay que construir la paz. Y a mí me parece una tontería lo que dicen. Construir significa levantar algo que no existe. Pero es que la Paz existe en el corazón de la mayoría de las personas, aunque suele suceder, que en manos de aquellos que mandan, de aquellos que dicen y ordenan, de la minoría que dirige el mundo, es donde la Paz no suele tener espacio, porque ese espacio lo ocupan otros intereses que nada tienen que ver con ella. Y luego nos piden a nosotros, a los de a pie, a los que hacemos de la Paz una forma de vida, que la construyamos.
Yo no necesito construirla, la veo en los ojos de mis niños del cole, la veo en la sonrisa de los que se cruzan en mi camino, la veo en la mano que tendemos al que está caido para levantarse, la veo en cada estrella, en cada amanecer, la veo en cada abrazo, en cada apretón de manos sincero, la veo en cada mirada, en cada silencio, la veo en las arrugas de los abuelos, la veo en las manos curtidas de los que trabajan duramente, la veo en cada ventana encendida por las noches, la veo en los hombres y mujeres anónimos que cada día y desde sus vidas, no construyen, sino que viven en Paz. A lo mejor son otros los que deberían aprender de ellos.
Yo en el cole, cuando mis niños me preguntan que que es la Paz, a sus 3 añitos, yo les respondo que es querer, que eso ellos lo saben hacer muy bien, respetarse, ayudarse, y si en algún momento metemos la pata, saber perdir perdón y reconocer nuestros errores.
Y de las muchas canciones que solemos utilizar en estos días en los colegios, donde seguimos luchando por educar en Paz, por más difícil que nos resulte, a mí siempre me ha gustado especialmente por su letra, la de José Luis Perales " Que canten los niños ". Y querida peke del alma, ojalá que vuestra voz, la de los niños, fuese la voz que dirigiese el mundo, porque sería un mundo maravilloso.
Te quiero, te queremos, y deseamos para tí y para todos los niños del mundo, UN MUNDO EN PAZ.
Papá y mamá
Desgraciadamente, no es así en muchos rincones del mundo.
La pregunta sin respuesta, es ¿porqué los hombres nos empeñamos en hacernos daño unos a otros?. No lo sé, y no encuentro explicación racional.
Cuando me despertaba de pequeña, lo primero que encontraba cada mañana, era la sonrisa de mi madre, y un beso en mi cara. La alegría de una familia, de una seguridad, de una estabilidad, de un mundo a mi medida que mis padres construían para nosotras. Para que no nos faltase de nada, para que nada enturbiara nuestros sueños.
Y creo que cualquier padre, en cualquier rincón del mundo, independientemente de su color, raza o religión, desea lo mismo para sus hijos. Da igual si viven en la selva, en el desierto o en lo alto de una montaña, creo que todos los padres buscan la protección y seguridad para sus hijos. Buscan un mundo mejor.
Por eso no entiendo las guerras, las discrepancias, los odios estúpidos fundados en estúpidas razones, porque no existe razón alguna para justificar un acto de violencia, una acción que cause dolor, tristeza y miedo.
Y menos aún, que sufran los niños. Sois los seres más indefensos del mundo, ninguno pedís venir al mundo, y es obligación nuestra, OBLIGACIÓN, entregaros un mundo con esperanza, protegeros, cuidaros y evitaros cualquier mal.
Nosotros así lo vemos. Así lo creemos. Sería tan fácil vivir en paz... Dicen los expertos, los políticos, los líderes, que hay que construir la paz. Y a mí me parece una tontería lo que dicen. Construir significa levantar algo que no existe. Pero es que la Paz existe en el corazón de la mayoría de las personas, aunque suele suceder, que en manos de aquellos que mandan, de aquellos que dicen y ordenan, de la minoría que dirige el mundo, es donde la Paz no suele tener espacio, porque ese espacio lo ocupan otros intereses que nada tienen que ver con ella. Y luego nos piden a nosotros, a los de a pie, a los que hacemos de la Paz una forma de vida, que la construyamos.
Yo no necesito construirla, la veo en los ojos de mis niños del cole, la veo en la sonrisa de los que se cruzan en mi camino, la veo en la mano que tendemos al que está caido para levantarse, la veo en cada estrella, en cada amanecer, la veo en cada abrazo, en cada apretón de manos sincero, la veo en cada mirada, en cada silencio, la veo en las arrugas de los abuelos, la veo en las manos curtidas de los que trabajan duramente, la veo en cada ventana encendida por las noches, la veo en los hombres y mujeres anónimos que cada día y desde sus vidas, no construyen, sino que viven en Paz. A lo mejor son otros los que deberían aprender de ellos.
Yo en el cole, cuando mis niños me preguntan que que es la Paz, a sus 3 añitos, yo les respondo que es querer, que eso ellos lo saben hacer muy bien, respetarse, ayudarse, y si en algún momento metemos la pata, saber perdir perdón y reconocer nuestros errores.
Y de las muchas canciones que solemos utilizar en estos días en los colegios, donde seguimos luchando por educar en Paz, por más difícil que nos resulte, a mí siempre me ha gustado especialmente por su letra, la de José Luis Perales " Que canten los niños ". Y querida peke del alma, ojalá que vuestra voz, la de los niños, fuese la voz que dirigiese el mundo, porque sería un mundo maravilloso.
Te quiero, te queremos, y deseamos para tí y para todos los niños del mundo, UN MUNDO EN PAZ.
Papá y mamá
